Metáfora: El árbol pesimista

Erase una vez... en una aldea muy lejana, un frondoso bosque de comunidad de árboles muy altos, fuertes y robustos, todos ellos tenían una misión que cumplir, crear oxígeno, dar sombra a los viajeros, o ser cobijo de los aves que cantaban hermosas melodías al amanecer. Sin embargo en medio de ellos había un árbol muy especial, tenía un aspecto un tanto diferente a los demás, flaco e inestable, siempre solía decir que se sentía incapaz de cumplir su misión como los demás lo hacían, que no tenia suficiente recursos para ser útil, hasta culpaba a los aves que no querían posar en él. Se sentía tan seguro al decir, yo no he nacido para esta misión, no soy útil ni merezco estar aquí. Mientras se peleaba consigo mismo, una tarde, un leñador apareció con su hacha, el leñador notó rapidamente del apecto desagradable de éste y eligió para hacer leña. En tan poco tiempo el árbol fue derivado y cortado en pedazos, listo para llevar al horno y ser quemado.

Sin embargo una parte de él quedó sobre la tierra con un aspecto de tronco sin vida, sufriendo, al ver como el leñador se llevaba parte de él. Al enterarse lo sucedido con este desafortunado árbol muchos fueron a reanimarle, se escuchaba voces decir, tú puedes amigo ser tan grande y robusto, te será fácil servir a los demas y decide hacerlo con mucho compromiso y cada actividad que realices ponle mucha disciplina. Le costó mucho trabajo reanimarse, pero así lo hizo tal como sus amigos le habian sujerido, en poco tiempo el árbol habia cambiado su aspecto, se veia tan robusto, alto y de color verde como los demás. Habia descubierto y desarrollado sus nuevos talentos y esta vez lo utilizó con mucha inteligencia, ahora su nueva vida se basaba en dar servicio de calidad a quien lo necesitaba y por este servicio tenia muchas recompensas y su vida fue tan larga y agradable. FIN

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