Metáfora: La Flor Deprimida

Hace mucho tiempo en un lugar que podría ser cualquiera, en un jardín donde había muchas flores, donde al parecer todo vivían a su manera y cada quien por su lado, pero se veían todas contentas. Sin embargo había una flor llamada azucena que se sentía muy sola, que se decía así misma ¿nadie entiende mi situación? Y cada día que pasaba sus problemas crecían trágicamente y todavía se sentía más sola que nunca. Su vida era de lamentos, justificaciones y en busca de culpables de su situación. Una tarde de invierno la flor estuvo quejándose de su soledad y del resto de sus problemas del cielo cayó una tormenta de lluvia y llovió sin parar toda la noche, desfallecida la pobre flor gritaba auxilio, auxilio, pero al parecer nadie la escuchaba y así en medio del silencio Azucena se decía así misma mejor muerta estoy ya que nadie viene a socorrerme, mi vida no vale nada, a nadie le interesa que estoy pasando este momento de crueldad, a pesar de gritos de dolor, de lamentos de su existencia pudo sobrevivir la noche. Al amanecer la lluvia calmo dejando a la pobre flor toda destrozada. Por fin el alba viene por mi decía la flor, y el cielo azul me observa, y cuando el sol salió todo se volvió a la normalidad, el día empezó ser rutina de todos los habitantes del jardín, aun la flor no sabía qué hacer ni decir, aún andaba asustada, mientras las abejas obreras recogían el polen junto a la azucena un colibrí apareció todo contento y cantando “la vida y felicidad es mía, todo se ve hermoso, se respira aire fresco y se oye lindas melodías en este jardín” y la flor le miraba sorprendida lo alegre y jovial que pasaba el colibrí y de pronto el colibrí se acerca a la azucena y le dice “Tanto he estado sin ver a una flor tan bella, tan blanca como el algodón pero que fragancia tan agradable, junto a ti se respira el olor del paraíso y me podría quedar el resto de mi vida junto a ti” La flor impactada de los comentarios del colibrí empezó a reflexionar sobre sus talentos internos y externos, lo que podía dar al mundo desde su ser más poderoso que radicaba en ella. Y al fin entendió que primero tendría que explotar todos sus recursos internos a su favor para poder ayudar a los demás. Ahora tan contenta e identificada flor empezó a vivir una nueva vida gracias al colibrí.

Se parte del cambio principalmente del cambio que se trata de tu propia vida, las metáforas es un medio de hacer cambios significativos

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